En un fallo histórico, Diego Concha, exdirector de Defensa Civil de Córdoba, fue condenado a prisión perpetua por abuso sexual con acceso carnal calificado. Cometió el delito en ocasión de sus funciones, en un contexto de violencia de género, y coacción. La víctima, Luana Ludueña Caminos, una joven bombero, se suicidó tras sufrir el abuso. Concha, detenido desde febrero de 2021, enfrentó un jurado popular y a los jueces de la Cámara Tercera del Crimen.
Engaños y abuso de poder
Durante el juicio, Concha se defendió alegando que su ascenso en la Defensa Civil fue producto de su capacidad y profesionalismo, negando cualquier vínculo con un “círculo rojo de poder”. “No fui puesto a dedo, sino por mi capacidad y profesionalismo que le puse a las cosas”, declaró. Sin embargo, la querella sostuvo que utilizó su posición de poder para cometer los delitos por los cuales se lo condenó.
El proceso judicial reveló detalles escalofriantes sobre el abuso. Según la requisitoria fiscal, Diego Concha contactó a Ludueña Caminos a través de su cargo en la Dirección General de Protección Civil. Se aprovechó de su deseo de ingresar al Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC). Mediante engaños, la llevó a un hotel camino a Villa Carlos Paz, donde la atacó sexualmente.
La agresión tuvo un impacto devastador en la salud mental de Ludueña Caminos, quien se encontraba en un sufrimiento psíquico permanente que la llevó a tres intentos de suicidio. Finalmente, la joven se ahorcó en un predio en Río Segundo y falleció al día siguiente en el hospital San Vicente de Paul, en Villa del Rosario. Su madre, Cristina Caminos, fue quien presentó la denuncia judicial, ya que Luana no estaba en condiciones de hacerlo.
“He sido columniado, conozco muy bien las perspectivas de género como padre y abuelo”, dijo el acusado
Una familia devastada
Diego Concha negó todas las acusaciones durante el juicio, admitiendo únicamente haber enviado un mensaje amenazante a una expareja. La Cámara en lo Criminal y Correccional de Tercera Nominación de Córdoba, integrada por los jueces Ángeles Palacio, Gustavo Ispani y Leandro Quijada, fue la encargada de dirigir las audiencias y dictar la sentencia.
Cristina Caminos, madre de la víctima, expresó su dolor y frustración tras el veredicto. “Concha nunca pidió perdón, solo habló de él”, declaró a la prensa. Insistió en que para la familia “ninguna condena es suficiente” porque ya no está Luana. Este caso resalta la necesidad urgente de abordar la violencia de género y garantizar justicia para las víctimas. La causa judicial se suma a un escenario nacional y provincial repleto de denuncias contra funcionarios por abusos de poder y conductas inmorales que llegan al extremo.


