Cuerda floja populista

El kirchnerismo y el chavismo: negocios, secretos y coincidencias

Chavez y Kirchner
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Frente a las denuncias de autoritarismo del régimen venezolano, el silencio de CFK podría ser una prueba de debilidad para Maduro.

Mientras Caracas se consume en llamas, el silencio de Cristina Kirchner resuena con fuerza. En medio de una elección fraudulenta, el régimen dictatorial de Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, se aferra al poder. Frente a esto, el kirchnerismo, a través de La Cámpora, ha sido incluida en una lista de organizaciones que reconocieron la supuesta victoria del chavismo residual. “No sé por qué estamos en ese listado”, comentaron algunos. Sin embargo, Andrés “Cuervo” Larroque se pronunció, sugiriendo que la voluntad popular había respaldado a Maduro.

Este pronunciamiento de Larroque plantea interrogantes. ¿Fue una declaración individual o refleja la postura de todo el kirchnerismo? Frente a las denuncias sobre el autoritarismo del régimen venezolano, el silencio de Cristina Kirchner podría interpretarse como un mensaje de debilidad para Maduro. Esto delata la escasa cantidad de adhesiones internacionales que el líder chavista ha recibido.

Operaciones irregulares

La relación entre el kirchnerismo y el chavismo está teñida de controversias y acusaciones de corrupción. El caso de Guido Antonini Wilson, quien fue descubierto en 2007 con una valija de 790.550 dólares en un vuelo privado desde Caracas, es un episodio emblemático. Este incidente generó especulaciones sobre una posible operación de la CIA o un intento de desestabilización del kirchnerismo. Hugo “el Pollo” Carvajal, exjefe de inteligencia del chavismo, afirmó que Hugo Chávez había contribuido con 21 millones de dólares a la campaña de Cristina Kirchner, revelando una trama de fondos oscuros y viajes secretos.

Otro capítulo oscuro es el testimonio de Eduardo Sadous, exembajador argentino en Caracas. Denunció la existencia de una “embajada paralela” controlada por Julio De Vido y Claudio Uberti para manejar negocios entre Argentina y Venezuela. Sadous fue desplazado de su cargo tras esta denuncia, lo que evidencia la opacidad en las relaciones bilaterales durante el kirchnerismo.

El cambio de paradigma

En contraste, durante el gobierno de Mauricio Macri, la política hacia Venezuela fue de fuerte condena al régimen de Maduro. Macri redujo la representación diplomática en Caracas y reconoció a Juan Guaidó como presidente interino. El regreso de Cristina Kirchner al poder, esta vez como vicepresidente de Alberto Fernández, marcó una reconstrucción de la relación con el chavismo. Nombraron a Oscar Laborde como embajador, quien se mostró cercano al gobierno de Maduro.

La postura actual de Argentina bajo Javier Milei ha sido de distanciamiento de los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, manteniendo solo encargados de negocios. La reciente expulsión del personal diplomático argentino por parte de Maduro no fue una sorpresa, sino un desenlace previsible en una relación marcada por la tensión y las diferencias políticas. La postura de Argentina, a pesar del silencio de Cristina Kirchner, se planta firme en una postura de apoyo al pueblo venezolano contra la represión del dictador Maduro.

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