El Museo Naval de Madrid se convirtió en escenario de un acto de protesta que rápidamente se viralizó en redes sociales. Dos activistas del colectivo Futuro Vegetal ingresaron al recinto y arrojaron pintura roja sobre un cuadro de Cristóbal Colón, en plena conmemoración del Día de la Fiesta Nacional. La intervención fue grabada y difundida por el propio grupo, acompañado de un mensaje que denuncia “el neocolonialismo extractivista que sigue explotando los recursos naturales del sur global”.
El gesto generó reacciones inmediatas tanto dentro de España como en otros países de habla hispana. Mientras algunos lo consideran un acto de conciencia ambiental y anticolonial, otros lo calificaron como vandalismo cultural y una falta de respeto hacia el patrimonio histórico.
Quiénes son los activistas de Futuro Vegetal
Futuro Vegetal es un colectivo español que se autodefine como un movimiento de desobediencia civil no violenta en defensa del planeta y contra el cambio climático. Sus acciones buscan “visibilizar la urgencia de transformar el sistema económico y energético”. En los últimos meses, sus militantes han protagonizado varias intervenciones mediáticas, como bloqueos en rutas, irrupciones en supermercados y ataques simbólicos a obras de arte.
Los activistas eligieron la figura de Colón como símbolo del colonialismo histórico y contemporáneo. En un comunicado difundido tras el hecho, explicaron que el uso de pintura roja representa la sangre derramada por siglos de saqueo y explotación de los pueblos originarios y de la naturaleza.
Dos activistas de Futuro Vegetal tiraron pintura roja sobre un cuadro de Colón, que se encuentra en el Museo Naval de Madrid, para protestar por la celebración de la Fiesta Nacional y para denunciar "el actual neocolonialismo extractivista que explota sus recursos naturales". pic.twitter.com/EeQvc0TyaP
— TN – Todo Noticias (@todonoticias) October 12, 2025
Reacciones políticas y debate público
El gobierno español condenó el ataque y lo calificó de “inaceptable”, mientras que el Museo Naval informó que el cuadro sufrió daños menores y que será restaurado por el equipo de conservación. El Ministerio de Cultura recordó que las manifestaciones deben respetar el patrimonio cultural y advirtió que se aplicarán sanciones legales.
En redes sociales, el episodio encendió un debate intenso. Algunos usuarios destacaron que los activistas lograron su objetivo de poner el tema ambiental y colonial en agenda, mientras otros los acusaron de “hipocresía ideológica” y de “buscar notoriedad mediante la destrucción”.
Diversas organizaciones ecologistas se desmarcaron del método, aunque coincidieron en el mensaje de fondo: el modelo económico global continúa dependiendo del extractivismo en América Latina, África y Asia, replicando lógicas coloniales bajo nuevas formas corporativas.
El trasfondo del escándalo
El hecho reaviva una discusión más profunda sobre la relación entre arte, protesta y poder. En plena crisis climática, los movimientos activistas recurren a gestos disruptivos para captar atención mediática, desafiando los límites de la acción política tradicional. Sin embargo, la elección de un ícono como Colón, figura polémica en la historia mundial, amplificó la tensión entre memoria, identidad y justicia ambiental.
El escándalo se convirtió en tema central del Día de la Hispanidad y en tendencia global en redes, con miles de menciones bajo el hashtag #FuturoVegetal. La imagen del cuadro manchado de rojo recorrió los portales internacionales, transformando un acto simbólico en un debate global sobre los nuevos colonialismos económicos y ecológicos que siguen marcando al mundo actual.


