La posibilidad de generar acuerdos en el Senado, especialmente por Santiago Caputo, podría resaltar la habilidad negociadora de Lucila Crexell. Su voto a favor de la Ley Bases sería clave para solicitar una designación como embajadora ante la Unesco en París, un logro que no pasaría desapercibido. Sin embargo, su partida dejaría un vacío en la política neuquina y plantearía desafíos para el gobernador “Rolo” Figueroa. En el complejo escenario político de Neuquén, la figura de la senadora Lucila Crexell ha sido objeto de atención y controversia. Ha transitado un camino sinuoso y marcado por decisiones audaces.
Desequilibrios de poder
La partida de Crexell presentaría un desafío para el gobernador de Neuquén, “Rolo” Figueroa. Su reemplazo en el Senado podría ser un senador radical, con candidatos como Pablo Cervi o Ayelén Fernández. Si Cervi asume el cargo, dejaría un puesto vacante en la Cámara de Diputados, que sería ocupado por Nicolás Monteiro, un aliado del PRO ligado a Patricia Bullrich. Esta maniobra política de Caputo podría desestabilizar a Figueroa, quien recientemente habría consolidado su influencia en Neuquén a través de alianzas con el antiguo MPN, buscando «neuquenizar» la política provincial al estilo de Córdoba.
El equilibrio de poder en Neuquén se vería comprometido con estos movimientos, afectando la estrategia de Figueroa de fortalecer su dominio provincial. La posibilidad de que haya una salida de Crexell y la llegada de un radical al Senado generan una fisura en la estructura política de la provincia, justo cuando Figueroa parecía haber alcanzado una posición sólida. Las implicancias de esta situación podrían ser significativas para la política local y nacional, especialmente en el contexto de las inversiones y las negociaciones legislativas en curso.
Trayectoria política
La senadora, hija de la fallecida intendenta de San Martín de los Andes, Luz Sapag, ha enfrentado a su propio tío, el exgobernador Jorge Sapag. Su trayectoria política comenzó como aliada del petrolero Guillermo Pereyra en las elecciones primarias de 2013. Aquella contienda fue movilizante, y el Movimiento Popular Neuquino (MPN) logró dos bancas en el Senado.
Sin embargo, Crexell no se conformó con seguir los pasos de su tío. Antes de asumir, rompió con Pereyra y adoptó un estilo propio. Su gestión se caracterizó por enfrentamientos con Jorge Sapag y el gobernador Omar Gutiérrez. A pesar de su nula construcción territorial, logró mantenerse en el Senado, aunque no sin críticas.
El paso de Crexell por Juntos por el Cambio también fue efímero. Tras la muerte de Horacio “Pechi” Quiroga, se convirtió en su sucesora. Sin embargo, su relación con el macrismo no perduró, y una batalla judicial la llevó a ocupar la banca. La política neuquina sigue siendo un terreno de fisuras y desafíos, y la figura de Crexell sigue siendo objeto de debate y análisis.


