El actual ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, es un reconocido abogado penalista y dejó su huella en casos de alto perfil. Se instaló en los medios de comunicación que, en su pasado, antes de iniciarse en la función ministerial, representó a dos sujetos complicados ante la ley.
Los juicios a narcotraficantes
Durante su programa de televisión, el periodista Carlos Pagni sacó a la luz información sobre el ministro de Justicia. Hizo mención sobre el hecho de que el capo narco “Mameluco” Villalba esté siguiendo su juicio oral desde la cárcel por decisión de Patricia Bullrich. Dijo que, antes de su ascenso al ministerio, Cúneo Libarona representó al hijo de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba.
«Curiosamente, el abogado del narcotraficante Villalba era Cúneo Libarona. ¿Tiene culpa el ministro por ser abogado de un cliente que es narcotraficante? No, está en su derecho como penalista. Pero políticamente aparecen algunas incompatibilidades», dijo el periodista
En otros medios de comunicación se difundió que, además de este caso, Cúneo Libarona participó en la defensa de Sergio Varisco, ex intendente de Paraná, en una causa por narcotráfico. Aunque no estuvo al frente del proceso, se planteó que su intervención fue crucial en momentos clave, proponiendo estrategias como la colaboración de la Agencia Federal de Inteligencia para esclarecer ciertas evidencias.
Se desmienten los rumores
En el contexto de la revelación de esta información sobre el pasado del abogado, surgen diferentes opiniones de entendimiento o crítica hacia el involucrado. Mientras algunos cuestionaron la idoneidad de un ex defensor de narcotraficantes como ministro de Justicia, otros defendieron su derecho profesional de representar a cualquier cliente.
Más allá de las especulaciones, esta mañana, el mismo Mariano Cúneo Libarona salió en sus redes sociales a aclarar el malentendido. Expresó que ni siquiera conoce al narco «Mameluco» y que el abogado que ejerció su defensa en el juicio fue en realidad Matías, el hermano del ministro. Criticó la falsedad de la información difundida, en un contexto de constantes operaciones mediáticas contra los miembros del gabinete nacional.
