Gaza es el epicentro de una crisis humanitaria sin precedentes, las evacuaciones masivas se intensifican debido al continuo conflicto entre Israel y Hamas. Este viernes, el ejército israelí ordenó nuevos desplazamientos de civiles en el norte de Khan Younis y el este de Deir al Balah. Los gazatíes, desesperados por escapar del fuego cruzado, comenzaron a trasladarse hacia una denominada “zona humanitaria” cerca de la costa. Aunque esta área también ha sido blanco de ataques, generando dudas sobre su seguridad.
Inseguridad, escasez y pérdidas
Este éxodo masivo ocurre en el contexto de las recientes negociaciones en Doha, que buscaban establecer un alto el fuego en Gaza. Las conversaciones, sin embargo, terminaron sin éxito. Israel y Hamas siguen en desacuerdo, el primero afirma haber hecho “progresos” en las negociaciones. Mientras que Hamas expresa insatisfacción con los términos discutidos. Las diferencias se centran principalmente en la gestión del corredor de Netzarim, que separa el norte del sur de Gaza, y el corredor de Filadelfia, en la frontera entre Gaza y Egipto.
La falta de consenso ha intensificado la violencia y los desplazamientos. Esto generó una situación insostenible para los civiles atrapados en el conflicto. La inseguridad, la escasez de recursos y la creciente pérdida de vidas humanas continúan exacerbando la crisis humanitaria en Gaza. Las conversaciones se reanudarán en El Cairo con el respaldo de Qatar y Egipto, pero las perspectivas de un acuerdo son inciertas.
Posturas de la comunidad internacional
El contexto internacional también está marcado por la intervención de figuras políticas influyentes. El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó haber instado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a finalizar rápidamente la guerra en Gaza. Sin embargo, Trump también criticó las demandas de alto el fuego, argumentando que estas solo darían tiempo a Hamas para reagruparse. Estas declaraciones contrastan con los llamamientos del presidente Joe Biden y la vicepresidente Kamala Harris, quienes han abogado por un alto el fuego inmediato.
La escalada del conflicto y la inminente posibilidad de una guerra más amplia en Oriente Próximo añaden una nueva capa de complejidad a la situación. Los recientes asesinatos del líder de Hamas, Ismail Haniye, en Irán, y del comandante militar de Hezbolá, Fuad Shukr, en Líbano, han provocado amenazas de represalias contra Israel. Lo cual aumenta el riesgo de un conflicto regional de mayor envergadura. La comunidad internacional sigue intentando mediar, pero los desafíos son enormes y el tiempo se agota para evitar una catástrofe aún mayor.
La situación humanitaria en Gaza se agrava día a día. Juliette Touma, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), advirtió que sus instalaciones están preparándose para enfrentar el “peor escenario” posible. Estiman que podrían acoger a unas 150.000 personas. Sin embargo, las cifras son abrumadoras: se estima que el 90% de los más de 2 millones de gazatíes se han convertido en desplazados internos, un hecho que subraya la magnitud de la crisis.
En medio de este escenario, la crisis humanitaria sigue empeorando. La comunidad internacional enfrenta un desafío monumental para detener la violencia y encontrar una solución duradera al conflicto. Con cada día que pasa, la situación en Gaza se vuelve más desesperada.
