Discrepancia política

Nueva advertencia de Milei a los gobernadores

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En medio de tensiones políticas y económicas, el presidente desató una polémica al pronunciar una frase contundente para a aquellos gobernadores que no respaldaran sus reformas.

Milei desató una polémica al pronunciar una frase contundente durante una reunión de gabinete. Habría amenazado con dejar «sin un peso» a aquellos gobernadores que no vayan a respaldar la Ley Ómnibus. Esta declaración desencadenó una serie de acontecimientos que culminaron en la destitución del ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, quien fue acusado de filtrar los dichos del mandatario. La situación expuso las tensiones internas en el gobierno y generó un debate sobre el futuro de las políticas económicas y la relación con las provincias.

El motivo de las declaraciones

El presidente ratificó la estrategia emprendida por algunos de sus colaboradores más cercanos. Durante la reunión de gabinete, ante ministros, asesores y representantes en el Congreso, lanzó una contundente declaración hacia los gobernadores que muestran resistencia para respaldar la Ley Ómnibus, la cual se debatirá el martes en la Cámara de Diputados.  El mandatario habría expresado: «Los voy a dejar sin plata», refiriéndose a las provincias.

Esta expresión aparece en un contexto donde las negociaciones con la oposición en el ámbito legislativo se complican. Además, respalda las declaraciones previas de su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y del vocero de la Presidencia, Manuel Adorni, quienes también habían expresado mensajes similares. Ambos fueron acusados de amenazar a quienes no respaldan la medida.

Caputo había afirmado que el déficit cero no era negociable, siendo necesario que se aprueban todas las medidas económicas propuestas en la ley. Luego detalló que se reunió con su secretario de Hacienda y su subsecretaria de Provincias para identificar las partidas provinciales que recortarían “de inmediato si alguno de los artículos económicos fuera rechazado”. Por su parte, Adorni había expresado en una conferencia matutina desde la Casa Rosada una declaración contundente.

“Más allá de que no vemos razones para que el proyecto de ley bases no se termine transformando en ley, en caso de que eso no ocurra, es seguir con el ajuste de las cuentas públicas, no va a haber otro camino”. Mencionó el vocero presidencial.

Repercusión en las provincias

Desde las provincias manifestaron su queja y preocupación por lo que consideran un tipo de extorsión por parte del ejecutivo. Las dificultades para obtener los votos necesarios en el recinto, llevó a postergar la votación hasta el próximo martes.

El PRO, sectores del radicalismo, de Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal acompañaron con disidencias. Por otro lado, Unión por la Patria, cuenta con la mayoría de las bancas, enfrentando desacuerdos respecto a la ley. Es evidente que el presidente ha tenido discrepancias con varios gobernadores de la oposición, siendo Axel Kiciloff uno de los gobernadores que lidera la expresión de descontento, respaldado por miembros de su partido político.

El gobierno se mantiene firme en su posición remarcando la necesidad de que se apruebe la ley Bases. Considera que ya ha realizado todas las concesiones posibles destacándose la eliminación del aumento de retenciones al 15% para todas las economías regionales. De igual forma, se encontró con nuevas exigencias esta semana. Desde PRO y el bloque de Pichetto sugirieron no afectar las exportaciones y focalizarse en los 30 regímenes especiales vigentes, como la industria del champagne, los autos de lujo y la economía del conocimiento.

Milei en busca de apoyo

La estrategia delineada por el ejecutivo busca un cambio de enfoque en las negociaciones con los gobernadores, pasando de la concesión a la presión para asegurar su respaldo a la ley propuesta. Este enfoque marca un punto de inflexión en la política argentina, que ha sido históricamente marcada por divisiones políticas e ideológicas profundas.

Sin embargo, esta nueva estrategia de confrontación con los gobernadores no está exenta de obstáculos y desafíos. La situación es similar a lo que experimentó el gobierno de Juntos por el Cambio en 2015, cuando debió enfrentarse a la oposición en busca de cambios. En el actual contexto, se encuentra por un lado la izquierda, que muestra resistencia a las modificaciones propuestas con posturas más liberales y menos intervencionistas por parte del Estado. Por otro lado, la derecha está a favor de implementar cambios y poner fin a la inflación, pero también plantea sus propios desafíos y demandas en el proceso de negociación.

La estrategia refleja un intento de superar las divisiones tradicionales en la política argentina y avanzar hacia un nuevo paradigma político y económico. Sin embargo, el camino hacia ese cambio será sin duda difícil y estará marcado por la resistencia y los intereses contrapuestos de las distintas fuerzas políticas y económicas del país.

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