En una decisión histórica, el Gobierno nacional activó el Operativo Roca, que establece el despliegue del Ejército Argentino y la Armada en la extensa frontera norte del país. La medida, amparada en el Decreto 1112/2024 y la Ley de Defensa Nacional, autoriza además a las fuerzas a realizar detenciones en flagrancia, en coordinación con la Gendarmería Nacional.
El operativo, oficializado el 15 de abril, contempla un esquema flexible de vigilancia adaptado a los desafíos de las provincias del norte. Más de 10.000 efectivos del Ejército forman parte de la iniciativa, de los cuales 1.300 soldados permanecen de manera permanente en las zonas de intervención. Las tropas fueron entrenadas bajo las «Reglas de Empeñamiento» y equipadas con drones, radares móviles, helicópteros, aviones Diamond y sistemas de comunicación de última tecnología.
La defensa de Luis Petri
Frente a las críticas surgidas tras el anuncio, el ministro de Defensa, Luis Petri, defendió la medida con dureza: “Es controversial solo para quienes defienden narcos, terroristas y delincuentes. Elijan de qué lado están”. Petri enfatizó que las leyes vigentes habilitan esta participación militar en la seguridad fronteriza y remarcó que otros países, como Estados Unidos, ya utilizan a sus fuerzas armadas en tareas similares.
El Operativo Roca también se articula con el Plan Güemes, lanzado en 2023 para reforzar la seguridad en la frontera norte. En un reciente acto en Salta, el gobernador Gustavo Sáenz respaldó la iniciativa, mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sostuvo que el objetivo principal es liberar el territorio de manos del narcotráfico: «Ni un milímetro del suelo argentino puede estar bajo control de las bandas criminales».


