La Libertad Avanza se vio obligada a salir a explicar cómo marcar la boleta única.
En un video difundido en redes sociales, Diego Santilli, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, mira a cámara y advierte:
“Los dinosaurios de la política no quieren que nada cambie y se dedican a poner palos en la rueda. Por eso este 26 de octubre la boleta única no tendrá mi cara. No te preocupes: casillero 1, lista violeta para defender el cambio del presidente Milei y acompañarme con tu voto.”
El mensaje, acompañado por los banners de La Libertad Avanza, busca evitar que los votantes libertarios se confundan en el cuarto oscuro, tras las modificaciones en la lista bonaerense y las trabas judiciales que impidieron reimprimir las boletas.
De la épica libertaria al tutorial electoral
Acostumbrado al discurso de confrontación y épica, el espacio de Milei adoptó un tono pedagógico.
El objetivo es claro: prevenir errores de voto en un sistema de boleta única donde los rostros y colores pueden generar confusión entre los electores.
La estrategia fue convertir un problema técnico en una oportunidad comunicacional: una instrucción simple, repetida hasta el cansancio.
Color violeta, casillero 1. Nada más.
“Para votar al Colorado, marcá al Pelado”
En cuestión de horas, la consigna se viralizó en redes con tono irónico y desparpajo.
“Para votar al Colorado, marcá al Pelado” se transformó en el nuevo lema no oficial de campaña.
Una frase que condensa el caos y la creatividad de la política argentina en versión 2025: un spot que mezcla humor, urgencia y marketing electoral.
El mensaje apunta a blindar el voto libertario frente a la figura de José Luis Espert, otro liberal en competencia, y asegurar que cada sufragio bonaerense sume al oficialismo.
Una campaña que enseña lo que el sistema no
Lo que comenzó como un aviso terminó revelando una debilidad estructural: un oficialismo que necesita explicar su propia boleta.
En tiempos donde la comunicación política se apoya en emociones, la LLA decidió apostar a la claridad técnica.
En un escenario saturado de consignas, el oficialismo apeló a lo básico: “casillero 1, lista violeta”.
Un eslogan que ya suena más a tutorial que a promesa de campaña.
