Maximiliano Pullaro, flamante gobernador de la provincia de Santa Fe, volvió a ser víctima de amenazas este lunes, días después de comunicar que debió mudar a su familia para preservar su seguridad. En esta oportunidad, el mandatario provincial recibió un mensaje intimidatorio en una oficina céntrica de Rosario, a través del cual volvieron a advertirle sobre un posible ataque contra él, su esposa y dos hijos.
“Recibí una amenaza a mi familia”, dijo el gobernador Pullaro hoy a la mañana en diálogo con El Tres. No obstante, de inmediato aclaró: “Vamos a seguir por este camino de pelear contra la delincuencia, vamos a seguir manteniendo a los presos de alto perfil en pabellones especiales, que es lo que más les molesta. Vamos a mejorar los niveles de violencia y seguridad”.
“No nos vamos a amedrentar”, sostuvo Pullaro, quien si bien prefirió no brindar detalles sobre la amenaza, sí deslizó que el mensaje intimidante estaba dirigido a su familia.
Pullaro indicó que tomó conocimiento del hecho cuando iniciaba una actividad oficial en el registro civil de la ciudad de Rosario, ubicado sobre la calle Salta al 2800. «Cuando llegaba al Registro Civil, personal del Ministerio de Seguridad me informó sobre una nueva amenaza contra mi familia», reveló.
«Lamentablemente ya estoy acostumbrado desde que comenzó mi gestión, pero quiero ratificar el rumbo de seguir peleando contra la delincuencia en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Rosario», continuó el mandatario santafesino. En ese sentido, aseguró que está «bien cuidado» y que sus años de trabajo en el Ministerio de Seguridad provincial le permitieron aprender cómo cuidarse «de estos delincuentes violentos».
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El motivo detrás de las amenazas
El porqué de las amenazas tiene que ver con las medidas que tomó desde el 12 de diciembre. En esta fecha, Pullaro ordenó reagrupar los pabellones de alto perfil de la cárcel de Piñero, donde se encuentran alojadas las segundas y terceras líneas de los grupos criminales más importantes de Rosario, como la banda de Los Monos.
Horas después de tomar esa decisión, el gobernador comenzó a sufrir fuertes amenazas que los grupos mafiosos hacen visibles en el lugar donde se producen atentados, como ocurrió en el hospital de Emergencias y la sucursal del banco Macro, dos sitios que fueron baleados.
El fin de semana ocurrió otro hecho de suma gravedad. Tres adolescentes, dos de ellos menores de edad, arrojaron una bomba molotov a un ómnibus de la línea 143 en la zona norte de Rosario. Tras este atentado, la policía hizo un operativo cerrojo y detuvo a los tres adolescentes. Uno de ellos tenía una mochila donde guardaba botellas con nafta y una nota con amenazas al ministro de Seguridad provincial, Pablo Coccocioni.
La mudanza de la familia de Pullaro
En diálogo con Radiofónica FM 100.7 días atrás, el gobernador aseguró que su vida cotidiana no sufrió cambios sustanciales desde que asumió el Ejecutivo santafesino, a excepción de tener que desplazar a su familia fuera de Rosario por las amenaza que recibió. «Sigo haciendo de todo, pero de lo único que sí me arrepiento es que tuve que sacar a mi familia de la ciudad por unos días por las amenazas que tuve», expresó.
Al respecto, calificó la situación de «triste» y aseguró que le «pesa mucho» no ver a sus hijos debido a que son su «cable a tierra». «Pero son las que a veces uno tiene que hacer. Yo no los voy a exponer ni arriesgar», afirmó. «Los pibes no tienen nada que ver, y que amenacen a tu familia es duro. Uno está preparado para que hasta le pueda llegar a pasar algo a uno, pero uno es el que toma las decisiones», añadió.


