Luis “Toto” Caputo confirmó esta semana la designación de Alejandro Lew como nuevo secretario de Finanzas.
Llega en reemplazo de Pablo Quirno, hoy flamante canciller, y consolida la tendencia del equipo económico del presidente Javier Milei: funcionarios con credenciales en la banca internacional, vínculos con JP Morgan y trayectoria global.
Un currículum con sello financiero
Lew no es un desconocido para los pasillos oficiales. Fue vicepresidente segundo del Banco Central durante los primeros meses del gobierno de Milei. Antes, durante la gestión de Alberto Fernández, fue director financiero (CFO) de YPF, desde donde gestionó la reestructuración de la deuda en dólares de la petrolera estatal.
Además, acumula una carrera sólida en bancos internacionales. Fue vicepresidente en JP Morgan Buenos Aires, director en HSBC Argentina, y ocupó altos cargos financieros en Genneia y 360 Energy, ambas vinculadas al sector energético. Esa experiencia fue uno de los factores destacados por Caputo al oficializar su nombramiento: “Alejandro ya nos acompañó desde el inicio como director del BCRA. Tiene una extensa trayectoria en bancos internacionales”.
El fantasma de la crisis de nafta
No todo en la hoja de vida de Lew es prolijo. Su gestión como CFO de YPF quedó envuelta en polémica durante la crisis de combustibles de octubre de 2023, en la recta final hacia el balotaje.
Estaciones de servicio sin nafta, colas interminables y un país parcialmente paralizado generaron indignación social. Desde el entonces Ministerio de Economía lo señalaron como responsable operativo del faltante, y semanas después fue desplazado de su cargo.
Aunque nunca se comprobó un accionar intencional, esa crisis dejó una marca sobre su figura pública y encendió críticas que aún resuenan en algunos sectores.
El libreto económico se mantiene
Con Lew, el equipo económico de Milei fortalece su alineamiento con los mercados. Tanto él como Caputo y Quirno comparten pasado en JP Morgan, y su visión liberal-ortodoxa de la economía se refleja en cada designación.
Medios como Página/12 remarcaron con ironía esta continuidad: “Cambian los cargos, cambian los nombres, pero el libreto sigue siendo el mismo: el mercado manda y la política se ajusta”. La frase del ministro celebrando la experiencia internacional de Lew también fue objeto de cuestionamientos: “Otro economista que conoce mejor Wall Street que los precios del súper”, lanzó un dirigente sindical en redes sociales.
No obstante, en el sector financiero su designación fue bien recibida. Se lo considera un técnico hábil, con llegada al mercado de capitales y experiencia para gestionar la compleja deuda pública argentina. En su primera semana, deberá liderar una licitación clave por más de 10 billones de pesos, en un contexto de transición y expectativa postelectoral.
¿Qué puede cambiar?
El nombramiento de Lew no representa una ruptura sino una reafirmación del rumbo. El Palacio de Hacienda sigue concentrando el poder en figuras con credenciales globales, muchas veces más cercanas a Wall Street que al conurbano.
La incógnita es si, desde Finanzas, podrá articular una gestión que combine sostenibilidad fiscal con sensibilidad social.
Por ahora, el nuevo secretario se mueve entre la confianza del mercado y la desconfianza de la calle, mientras el experimento libertario argentino sigue avanzando a toda velocidad.


