Frente a un auditorio universitario cerrado a la militancia, y rodeada de sus dirigentes más afines, Cristina Fernández de Kirchner criticó a Javier Milei y Carlos Melconian, mientras que reconoció que no pudo “cumplir las expectativas” de la gente y que su espacio tiene que “discutir cosas que muchas veces se ha negado”.
En una hora de exposición en la Universidad Metropolitana (UMET), Cristina se enfocó en hablar de economía y disparó contra el candidato libertario Javier Milei, al que acusó de querer volver a las políticas neoliberales de los 90. También apuntó contra Carlos Melconian, asesor de Patricia Bullrich, a quien responsabilizó por el endeudamiento externo durante el gobierno de Mauricio Macri.
Pero el momento más político y sorprendente de su mensaje se dio sobre el final, cuando prácticamente llamó a hacer una revisión de las acciones de su propia fuerza política. Sin hablar de errores directamente, se refirió, por ejemplo, al pago de presentismo a los trabajadores docentes, una medida que había impulsado cuando era presidenta y que le valió el repudio del sector. “Los docentes me saltaron a la yugular. Pero compañeros y compañeras, si no discutimos lo que tenemos que discutir…”, dijo.
De esta manera, la vicepresidenta se sumó al llamado a la renovación que había hecho hace dos semanas su histórico protegido político, Axel Kicillof, quien había pedido “componer una canción nueva” en el espacio. Un planteo que había generado tensiones con Máximo Kirchner, el hijo de la ex presidenta y jefe del bloque oficialista en Diputados.
La reaparición de Cristina Kirchner se da en un contexto crítico para el Gobierno, que busca revertir la derrota electoral del 12 de septiembre y evitar que Milei llegue al balotaje contra Sergio Massa, el candidato del Frente Renovador y aliado del kirchnerismo. Según las encuestas, el líder libertario tiene chances de disputarle la segunda vuelta al ex intendente de Tigre, quien se perfila como el favorito para suceder a Alberto Fernández en la presidencia.
La vicepresidenta no hizo ninguna mención al mandatario actual, con quien mantiene una relación tirante desde hace meses. Tampoco habló de los cambios en el gabinete que se produjeron tras las PASO, ni de las internas dentro del peronismo y el kirchnerismo. Su discurso fue una clara señal de que ella es la única líder indiscutida del espacio y que tiene la intención de ordenar las filas para enfrentar el desafío electoral.
La autocrítica de la gestión
Sin embargo, su mensaje no parece haber convencido a gran parte del electorado, que sigue mostrando su descontento con la gestión económica y social del Gobierno. Según una encuesta realizada por la consultora Opinaia, el 62% de los argentinos tiene una imagen negativa o muy negativa de Cristina Kirchner, mientras que sólo el 28% tiene una imagen positiva o muy positiva. Además, el 58% considera que su influencia en el Gobierno es perjudicial para el país, frente al 32% que cree que es beneficiosa.
Así las cosas, la vicepresidenta tendrá que hacer mucho más que pedir perdón y revisar sus políticas si quiere recuperar la confianza de los votantes y evitar una derrota histórica en las elecciones generales del 22 de octubre.


