"Paz forzada"

El PJ se reconfigura entre el retorno de CFK y el empoderamiento de Kicillof

CFK y Kicillof
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La oposición tiene dificultades para lograr la unidad partidaria bajo un líder: juego de lealtades e identidad.

La vuelta de Cristina Kirchner al centro de la escena política ha reactivado las tensiones internas dentro del peronismo, especialmente contra Axel Kicillof. La discusión se remonta al momento en que Andrés “Cuervo” Larroque cuestionó su liderazgo y el de La Cámpora. Este momento marca una nueva fase en un debate que parece no tener fin. Se pone en evidencia la necesidad de un liderazgo renovado que pueda reorganizar al peronismo.

A pesar de los intentos de Cristina por reordenar el espacio político, su influencia parece haber mermado. En este contexto, se espera dentro del PJ que Axel Kicillof emerja como una figura de autoridad capaz de unificar al partido bajo una nueva dirección. Sin embargo, su rol en un reciente acto en Quilmes sugiere que aún debe lidiar con la sombra de La Cámpora y el desafío de establecer su propia identidad política.

“Patria y Futuro” vs La Cámpora

El evento de Quilmes dejó en claro que Cristina y La Cámpora siguen siendo una fuerza dominante dentro del kirchnerismo. Lo cual relega a Kicillof a un papel secundario. Esta situación plantea un desafío para el gobernador. Debe navegar cuidadosamente entre su lealtad a Cristina y la necesidad de distanciarse de la influencia de La Cámpora para consolidar su propia base de poder.

Kicillof no es ajeno a La Cámpora; su carrera política está intrínsecamente ligada a figuras clave de la organización. Sin embargo, en La Plata se insiste en que no forma parte de ella, manteniendo una relación compleja con Máximo Kirchner y otros dirigentes del grupo. Esta distinción es crucial para entender su posición actual y sus aspiraciones futuras dentro del peronismo.

Guerra de liderazgos

Dentro del PJ, crece la convicción de que Kicillof debe afirmarse frente a La Cámpora y comenzar a desvincularse de la influencia de Cristina. El desafío será no romper completamente el vínculo entre ambos. Se espera que demuestre una mayor independencia y capacidad de liderazgo para atraer a aquellos que ya no se sienten representados por la ex presidente.

Algunos dirigentes ven en las recientes declaraciones de Larroque y la presentación de la agrupación política de Carlos Bianco signos de una rebelión interna. Sin embargo, la mayoría prefiere mantener un perfil bajo y evitar alimentar la discusión pública. A pesar de la ansiedad por definir un nuevo proyecto político, la expectativa es que Kicillof finalmente se alinee con Cristina y Máximo Kirchner, buscando una “paz forzada” que permita enfrentar los desafíos políticos actuales y futuros.

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