Uno de los influencers libertarios, alias Gordo Dan, consiguió colocar a su novia en un puesto clave en la subsecretaría de Política Universitaria. Esto generó controversia y preocupación en diversos sectores.
El individuo en cuestión es uno de los militantes digitales más influyentes en el entorno del gobierno liderado por Javier Milei. Bajo la dirección de Santiago Caputo y Fernando Cerimedo, desempeñó un papel destacado, utilizando su presencia en las redes para acosar digitalmente a diversas personas.
Sin embargo, su influencia ahora se ha extendido más allá de las redes sociales, alcanzando incluso el organigrama gubernamental.
Con el respaldo de Caputo, el Gordo Dan logró que su novia, la abogada María Belén Casas, asuma a un cargo de importancia. Estará bajo el ala de Alejandro «Galleguito» Álvarez, el subsecretario de Política Universitaria.
Además, expertos en ciberseguridad como Javier Smaldone revelaron la existencia de un «grupo de tareas» dirigido por el Gordo Dan. Comentaron que se encarga de amedrentar a usuarios de Twitter que critican al gobierno.
En círculos políticos de alto nivel se especula que esta milicia digital, que Milei retuitea a diario mediante el algoritmo de Yrigoyen, está siendo financiada con fondos provenientes de la AFI. Este escenario se torna aún más turbio cuando se revela la participación de Santiago Caputo. El asesor estrella también utiliza una cuenta anónima en las redes sociales bajo el seudónimo Enfant Terrible para intervenir en debates políticos.
Pero las controversias no terminan ahí. Los Iñakis, otro grupo con influencia dentro del gobierno, han conseguido sus propias ventajas. El cineasta Santiago Oria ha sido designado como director de contenidos audiovisuales, percibiendo un salario de 2 millones y medio de pesos. ¿Su tarea? Capturar la «cinética presidencial» a través de dispositivos electrónico.