El juez federal Ariel Lijo enfrentará hoy una de las pruebas más importantes de su carrera judicial al asistir a la audiencia de la Comisión de Acuerdos del Senado. Se debatirá su pliego para ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esta nominación ha generado gran polémica, no solo por el perfil del magistrado, sino también por su desempeño en causas judiciales sensibles. A pesar de haber pasado el proceso de impugnaciones y adhesiones estipulado por la ley, la Cámara Alta deberá decidir si avala o rechaza su designación. Lo cual ocurre en medio de un ambiente político cargado de tensiones.
Las controversias que rodean al juez
Durante el período de avales e impugnaciones ante el Ministerio de Justicia, Lijo recibió un notable apoyo con 3.578 adhesiones. Sin embargo, también obtuvo un número significativo de impugnaciones, que alcanzaron las 328. En la Comisión de Acuerdos del Senado, su postulación no fue menos controvertida: se registraron 51 presentaciones, de las cuales 34 fueron impugnaciones. En su respuesta escrita al Senado, Lijo desestimó estas críticas. Afirmó que muchas de las objeciones eran más bien opiniones sobre la tramitación de casos específicos o críticas al sistema judicial en general.
Las críticas hacia Lijo se centran principalmente en cuestionamientos a su idoneidad y ética. Diversas organizaciones de la sociedad civil han impugnado su candidatura, poniendo en tela de juicio su desempeño como juez. Un análisis de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) reveló que Lijo tuvo a su cargo 89 expedientes de corrupción durante sus 20 años como juez federal, de los cuales solo 63 fueron cerrados. La ACIJ también resaltó que varios de estos casos llevan más de una década sin resolverse, lo que sugiere una gestión ineficaz.
El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) reforzó estas críticas al destacar que, según estadísticas disponibles, el juzgado de Lijo tiene la menor tasa de resolución de casos entre los 12 juzgados federales de primera instancia de Comodoro Py. Asimismo, un informe del Consejo de la Magistratura indicó que es el juzgado con más demoras en causas de corrupción, con un 22,2% de los casos en trámite o resueltos que llevan más de seis años.
Además, el historial de denuncias contra Lijo también genera preocupación. Según la ACIJ, el juez recibió 32 denuncias, de las cuales la mayoría se desestimaron o archivaron sin tratamiento. Esta tendencia a desestimar denuncias es común en el Consejo de la Magistratura, donde solo el 1,2% de los casos resultan en sanciones a jueces. Entre las denuncias más destacadas contra Lijo se encuentra la presentada por el ex consejero Pablo Tonelli. Lo acusó de omitir la declaración de una propiedad en su declaración jurada, aunque esta fue desestimada.
Desacuerdos en el Poder Ejecutivo
La nominación de Lijo también ha generado tensiones dentro del gobierno. La vicepresidente Victoria Villarruel ha criticado abiertamente su candidatura, afirmando que Lijo no cuenta con los pergaminos necesarios para integrar la Corte Suprema. También cuestionó la decisión del presidente Javier Milei de impulsar su candidatura. Villarruel subrayó que se trata de una elección controvertida que ha dividido a la sociedad y que no representa la rectitud y sabiduría que se espera de un juez del máximo tribunal.
“No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, que va a poder desenvolver la más alta judicatura con la suficiente rectitud, honestidad y sabiduría posible; y no es este el caso”, afirmó la vicepresidente
El futuro de la Corte Suprema
En medio de este panorama, Lijo deberá defender hoy su nominación ante la Comisión de Acuerdos del Senado. Su audiencia será un momento clave para definir su futuro en la Corte Suprema, mientras que el desenlace de su pliego sigue siendo incierto. La próxima semana, el Senado tratará también la postulación de Manuel García-Mansilla, otro candidato impulsado por el gobierno. Esto podría agregar más tensiones a un debate que ya ha dejado al descubierto las divisiones internas del oficialismo.
La controversia en torno a Lijo ha reabierto el debate sobre la posible ampliación de la Corte Suprema, un tema que podría tomar fuerza en los próximos meses. Mientras tanto, el destino de Lijo y su posible llegada al máximo tribunal dependerá de la capacidad del gobierno de negociar con la oposición y de sortear las numerosas objeciones que su candidatura ha generado.


