Según fuentes de distintos medios, como La Nación o El Cronista, la reunión entre representantes del grupo empresario y funcionarios del Gobierno tuvo lugar el pasado viernes 9 de febrero en el Hotel Alvear. En dicho encuentro estuvieron presentes Nicolás Maya, responsable de adquisiciones de 777 Partners, el secretario de Deportes, Daniel Scioli, la diputada nacional Juliana Santillán del partido La Libertad Avanza, encargada de la redacción de la ‘Ley SAD’, y Guillermo Tofoni, empresario intermediario en facilitar la llegada del grupo inversor.
Guillermo Tofoni es el CEO de World Eleven, una empresa local con licencia FIFA para la organización de partidos amistosos internacionales, encargada de varias giras amistosas de la Selección Argentina.
«El fondo de inversión está decidido a llegar al país. Desembolsarían entre u$s 50 millones y u$s 300 millones, dependiendo de la situación del club elegido. Sólo necesitan la garantía de que la regulación saldrá adelante.»
Declaró Toffoni
También señaló que la inversión no se centrará en uno de los clubes protagonistas, sino más bien en uno de tamaño mediano, e incluso no descartó la posibilidad de invertir en un equipo de la segunda división del fútbol argentino.
Según comentó Tofoni, los funcionarios gubernamentales aseguraron al representante del grupo estadounidense que la normativa que regulará la constitución de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en Argentina, así como el rol de los socios, estará en vigor en un plazo máximo de seis meses. «Les transmitieron el pensamiento del Presidente. El DNU es inminente y tratarán de sacarlo lo antes posible«, aseguró el ejecutivo.
¿Entonces cómo sigue el camino hacia las SAD?
En las SAD, al tener dueños o accionistas, las decisiones quedan en manos de los inversores, mientras que en las Asociaciones Civiles, la conducción de los clubes está a cargo de los socios, quienes eligen a sus dirigentes mediante votaciones. Además, en las Asociaciones Civiles, todos los ingresos del club deben ser reinvertidos, mientras que las SAD tienen fines de lucro.
Sin embargo, el camino hacia la implementación de las SAD en Argentina es largo y complejo. Según el DNU presentado por Milei para desregular la economía, un club solo podrá convertirse en una sociedad anónima si cuenta con el voto afirmativo de al menos dos tercios de sus socios. Posteriormente, el club deberá registrarse en la Inspección General de Justicia (IGJ) si se encuentra en la ciudad de Buenos Aires, o en la Dirección de Personas Jurídicas si está en el interior del país.
No obstante, la mayoría de los clubes argentinos han prohibido en sus estatutos la posibilidad de cambiar a una sociedad anónima. Por lo tanto, antes de convertirse en SAD, deberán modificar su estatuto interno mediante una votación adicional.
El camino para su implementación efectiva permanece lejano.
En el caso de que un club logre la aprobación de sus socios para convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) y presente los documentos correspondientes en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), se enfrentará a otro obstáculo. El estatuto de la AFA también prohíbe las SAD, por lo que este deberá ser modificado por al menos dos tercios de sus asambleístas.
Si la modificación del estatuto de la AFA no se concreta, la SAD tendría la opción de buscar soluciones a través de la vía judicial. Podría presentar una denuncia para impugnar la negativa a su participación en el torneo. Si la Justicia termina fallando a favor de la SAD, la AFA se vería obligada a aceptarla como uno de sus miembros.


