Este martes al mediodía, en la Casa Rosada, Manuel Adorni recibió a su antecesor Guillermo Francos para formalizar la transición en la Jefatura de Gabinete.
Francos había presentado su renuncia aduciendo “los persistentes trascendidos sobre modificaciones en el Gabinete Nacional”, mientras que el Gobierno destacó que el cambio responde a la nueva etapa de gestión que se inicia tras las elecciones del 26 de octubre.
Las razones detrás del cambio
La salida de Francos se produce en un momento de euforia electoral para la coalición La Libertad Avanza y para el presidente Milei. El escenario de mayoría parlamentaria que se avecina exige un gabinete alineado con una agenda de reformas estructurales.
Francos, que mantenía un perfil negociador y de puente entre el Ejecutivo y distintos actores políticos, habría decidido dar un paso al costado ante la nueva configuración interna del poder y la necesidad del Presidente de reforzar el ala más dura del Gobierno.
El elegido para asumir, Adorni, es un hombre de confianza del círculo más cercano a Milei. Su nombramiento representa una apuesta clara por acelerar los cambios que vienen: reformas tributaria, laboral, previsional y la discusión del Presupuesto 2026. En su primer encuentro como jefe de Gabinete, Adorni destacó la necesidad de “profundizar el rumbo” y “mantener coherencia con los principios fundacionales del Gobierno”.
El nuevo mapa político interno
La cita de transición no fue un mero acto formal. En paralelo, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, se reunió con los diputados electos de La Libertad Avanza que asumirán el 10 de diciembre, con el objetivo de coordinar la estrategia legislativa y asegurar los votos necesarios para avanzar con el paquete de reformas.
En medio de la reconfiguración, Adorni también respondió a las críticas de Mauricio Macri, quien consideró que Milei había reemplazado a un “hombre con capacidad y equilibrio” por alguien sin experiencia. “El gabinete, mal que le pese a él o a cualquiera, lo elige el Presidente”, replicó el flamante jefe de Gabinete, dejando claro que la conducción política se mantiene firme en su eje libertario.
Qué se juega ahora
Con el Congreso renovado, la Casa Rosada busca dar señales de gobernabilidad y consolidar un esquema de gestión más eficiente. El nuevo jefe de Gabinete tendrá la tarea de coordinar la agenda parlamentaria, gestionar el vínculo con los gobernadores y articular los equipos técnicos del Gobierno.
El cargo, clave por definición, actúa como nexo entre el Poder Ejecutivo y el Congreso. En este contexto, la figura de Adorni cobra especial relevancia: será el encargado de traducir la agenda presidencial en acción política concreta.
Un proceso que cobra visibilidad
El reemplazo de Francos por Adorni marca el inicio de una segunda fase del gobierno de Javier Milei, en la que el discurso de cambio deberá transformarse en resultados concretos. La Casa Rosada apuesta a consolidar su poder político y económico con una conducción más vertical y enfocada en la velocidad de ejecución.
