La situación laboral de nuestro país atravesó momentos de crisis y recuperación en los últimos años, pero también mostró cambios estructurales que ponen en evidencia las dificultades para generar puestos de trabajo de calidad. La tasa de informalidad revela un porcentaje importante dentro del nivel de empleabilidad. Además, muchas provincias plantean como solución a la desocupación la incorporación de personal al sector público. Se construye un círculo vicioso del empleo, en el que cada vez más hay más trabajadores del sector público, por lo que aumenta la presión fiscal y con ella, la inflación.
En 2011 había 17,5 millones de trabajadores; actualmente son casi 21 millones. ¿Dónde se crearon los 3,5 millones de nuevos empleos en estos doce años?
— Esteban Domecq (@EODomecq) January 4, 2024
⚫️Informales (en negro): 1.160.000 (33,6%)
⚫️Monotributistas: 1.170.000 (33,9%)
⚫️Asalariados Públicos: 830.000 (25,3%)… pic.twitter.com/9uNdqiFPAO
Un crecimiento desigual
La Consultora Invecq realizó un estudio sobre el crecimiento del empleo a lo largo del tiempo en la Argentina. A partir de un análisis comparativo entre los 17.5 millones de trabajadores existentes en 2011; y los 21 millones al día de hoy, surge la pregunta de “¿Dónde se crearon los 3,5 millones de nuevos empleos en estos doce años?”. En los últimos doce años se crearon 250.000 empleos formales en el sector asalariado privado, contra 1.160.000 puestos informales, 1.170.000 monotributistas y 830.000 asalariados públicos.
“Dos de cada tres empleos generados corresponde a personas que trabajan en la informalidad o (en su gran mayoría falsamente) como independientes (incluye monotributo y monotributo social). Si sumamos a los empleados públicos llegamos al 92,8%” – explicó Esteban Domecq, director de Invecq

Los sectores que más empleos asalariados registrados crearon fueron, en primer lugar el comercio (379 mil trabajadores nuevos); luego el rubro de “otros servicios comunales” (173 mil); y por último las actividades inmobiliarias (147 mil).
El aumento de la informalidad
Por su parte, el empleo asalariado privado fue afectado por otras cuestiones estructurales. Según el INDEC, esta área creció un 7,67% en los últimos cuatro años, terminando el año 2022 con una cantidad de 12.874.000 trabajadores. No obstante, de este número, solo 285.000 fueron empleados formales, mientras que 632.000 se mantuvieron en el sector informal. Esto significa que por cada puesto de trabajo registrado desde el año 2019 hasta hoy, nacieron más de dos empleos «en negro».
“Esta economía sólo genera empleo precario y de baja o nula productividad. Eso explica por qué el salario real no para de caer.” – aclaró Domecq
El INDEC relevó varios servicios, de los cuales solo algunos lograron bajar sus niveles de informalidad: servicio doméstico, pesca, electricidad, gas y agua. El dato que sorprende es que el primer servicio mencionado se encuentra entre los que mayor nivel de “empleados en negro” posee en el país.
El sector que vio afectada negativamente su situación en mayor medida fue el comercio. Pasando de una tasa de informalidad laboral del 37.3% en 2019 a una del 43.5% en 2023. Se trata de un área que es de las que posee mayor demanda de mano de obra en el país.

Cada vez más empleados públicos
Mientras que el empleo privado formal ha mostrado un escaso crecimiento, el empleo público nacional, provincial y municipal ha aumentado a un ritmo mucho mayor, lo que ha generado un desequilibrio entre ambos sectores y una mayor presión fiscal.
Según un informe de IERAL, entre 2011 y 2022 el empleo público creció diez veces más rápido que el empleo privado registrado, con una variación de 34% frente a 3%. Solo en Neuquén, la provincia que alberga Vaca Muerta, el empleo privado superó al público en ese período.
El aumento del empleo público, sin embargo, no se tradujo en una mejora del salario real de los trabajadores estatales, sino todo lo contrario. El peso del gasto en personal sobre los ingresos corrientes provinciales se redujo de 60% en 2015 a 47% en 2022, lo que implica una caída del poder adquisitivo de los empleados públicos. Asimismo, existen grandes disparidades entre las distintas jurisdicciones, tanto en el nivel como en la evolución del empleo público y privado.

La provincia que lidera el ranking de mayor cantidad de empleados en dependencia del Estado es Formosa, donde el 70% de los trabajadores se vinculan con el sector público. Le siguen La Rioja (67%), Catamarca (65%), Santiago del Estero (61%), Jujuy (59%), Chaco (56%), Misiones (55%), Corrientes (52%) y San Luis (50%).
“Tener un Estado grande y sin financiar nos lleva a un estancamiento de la economía, a la inflación actual. Pero también a la falta de oportunidades y de desarrollo productivo real, en muchas provincias la salida a la crisis se convirtió en la creación de empleo público. Es un círculo vicioso que se retroalimenta, con pocos incentivos a desarrollar el empleo privado en las provincias, y que termina teniendo un componente político que no es menor” – explicó una economista de Empiria Consultores


