El escenario está abierto luego de que en las elecciones primarias de Mendoza se produjera una sorpresa: Omar De Marchi, el candidato del PRO que se alejó de Juntos por el Cambio, quedó en segundo lugar con el 23,32% de los votos, superando al peronismo y acercándose al oficialismo mendocino. Además, en las primarias presidenciales, el libertario Javier Milei arrasó con el 44,8% de los sufragios, dejando atrás al candidato del oficialismo, Sergio Massa, y a la fórmula de Patricia Bullrich y Luis Petri, que representaba al gobierno local.
El favorito para ganar la gobernación es Alfredo Cornejo, el ex mandatario provincial, senador nacional y referente político del actual gobernador, Rodolfo Suárez. Cornejo encabeza la lista de Cambia Mendoza, la coalición que reúne al radicalismo, el socialismo y otras fuerzas minoritarias. En las PASO obtuvo el 49,02% de los votos y busca mantener la hegemonía que su espacio tiene desde 2015.
Sin embargo, Cornejo no la tendrá fácil. De Marchi, el líder de Unión Mendocina, se perfila como su principal rival. El diputado nacional y ex intendente de Luján de Cuyo rompió con Juntos por el Cambio por diferencias con el radicalismo y se alió con el PRO y otras fuerzas locales. De Marchi se presenta como una alternativa al oficialismo y al peronismo, y busca capitalizar el voto anti-K y anti-Milei.
El peronismo, por su parte, intentará mejorar su performance electoral y recuperar terreno en una provincia que le es esquiva desde hace años. El candidato a gobernador es Omar Parisi, otro ex intendente de Luján de Cuyo, que lidera la lista de Elegí Mendoza, una alianza entre el PJ, Unidad Ciudadana y otras agrupaciones. Parisi quedó tercero en las PASO con el 18,76% de los votos y apuesta a seducir a los desencantados con el gobierno nacional y provincial.
Los otros dos candidatos que superaron las PASO son Lautaro Jiménez, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, que obtuvo el 5,13% de los votos; y Mario Vadillo, del Partido Verde, que alcanzó el 4,77%. Ambos representan a sectores minoritarios pero con cierta influencia en algunos sectores sociales.
Las elecciones en Mendoza tendrán una particularidad: se utilizará por primera vez la boleta única de papel, un sistema que busca agilizar el conteo de votos y reducir los costos electorales. La boleta tendrá una división de filas y columnas, donde cada agrupación política tendrá su espacio y cada cargo electivo estará separado por líneas. Los electores deberán marcar con una cruz la opción de su preferencia.
Los mendocinos elegirán además de gobernador y vicegobernador, 24 diputados provinciales, 19 senadores provinciales, 18 intendentes y 216 concejales. También se renovarán cinco bancas en la Cámara de Diputados de la Nación y tres en el Senado.
Las elecciones en Mendoza serán un termómetro para medir el clima político nacional y provincial. El oficialismo mendocino buscará consolidar su poder y posicionarse como una alternativa para 2025. El PRO intentará demostrar que tiene fuerza propia más allá de Juntos por el Cambio. El peronismo tratará de recuperar espacios perdidos y mostrar unidad. La izquierda y los verdes buscarán mantener su representación legislativa. Y todos estarán atentos al impacto que pueda tener Milei en el electorado mendocino.