El triunfo de Javier Milei en el ballotage implica rupturas, nuevos armados y reconfiguraciones de la escena político-partidaria del país. Principalmente, el PRO deberá hacer frente a ciertos desafíos y negociaciones que definan el desempeño futuro de la estructura partidaria federal.
El fin de la era “Cambiemos”
Frente a la derrota de Patricia Bullrich en las elecciones generales de octubre los dirigentes de Juntos por el Cambio optaron por actuar y posicionarse de manera diferente ante el nuevo escenario previo a la segunda vuelta. En cuanto al futuro del PRO, la ex candidata y el ex presidente Macri se decidieron de inmediato por brindar su apoyo y sus fuerzas a Javier Milei. Mientras que los dirigentes de la Unión Cívica Radical en su mayoría, liderados por Gerardo Morales y Martín Lousteau eligieron permanecer neutrales y plantearon que no invertirían apoyo político hacia ninguno de los candidatos que competirían en el ballotage.
Claramente, los quiebres internos en Juntos por el Cambio arrastraron las divisiones hacia cada partido integrante de la coalición. Sin embargo, la victoria electoral de Milei implicó un mejor posicionamiento en la sociedad para gran parte de los dirigentes del PRO que, logrando captar la demanda de cambio de la sociedad actual, dedicaron esfuerzos en fiscalizar en la segunda vuelta y otorgaron tanto capital político como contención federal a la cobertura de los comicios.
Los movimientos e influencia de Mauricio Macri
Algunos mencionan que el “gran ganador” del año electoral fue el expresidente Mauricio Macri, quien desde un comienzo comprendió que lo que el pueblo votaría para esta jornada democrática y fue sorteando obstáculos en el camino que lo llevaron incluso a distanciarse de otros dirigentes de su partido.
Al darse a conocer los resultados electorales surgió la pregunta sobre si la próxima gestión tendría a Macri «cogobernando», o cuál sería su rol en este gobierno incipiente. El dirigente dio a entender que no estuvo interesado en ningún momento en formar parte del poder ejecutivo, sin embargo, estaría dispuesto a colaborar con los recursos del PRO y mantenerse cercano a Milei en caso de ser necesitado frente a desafíos en el futuro, especialmente por su experiencia.
“No va a ser un cogobierno. Nosotros acompañamos. Sí va a hacer falta ir a un esquema de convergencia en cuanto a política territorial y que eso tenga un correlato en el Congreso. Si no, va a ser muy difícil implementar las medidas”.
Los gobernadores necesarios para una gestión federal
Fue sorprendente la victoria del Milei en 21 de 24 provincias teniendo en cuenta que no se contaba con candidatos propios en casi ningún distrito. Un dilema relevante que podría presentarse a la hora de asumir a la Presidencia de la Nación lo constituye la capacidad de gestionar sin gobernadores propios de La Libertad Avanza.
Por su parte, Juntos por el Cambio tuvo una performance positiva en muchas elecciones provinciales. Hubo triunfos contundentes en provincias gobernadas fuertemente por el peronismo y se marcó una gran diferencia de votos principalmente en Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, San Luis y Chaco. Además de los bastiones del radicalismo (Corrientes, Jujuy y Mendoza) y la ciudad de Buenos Aires en la que el PRO ha logrado instalarse con diferentes gestiones.
Los gobernadores de Juntos por el Cambio se reunieron a discutir cuál sería su posicionamiento ante la gestión entrante y sobre las posibilidades de colaborar con Javier Milei. Plantearon que para presentar sus apoyos políticos deberían negociar principalmente la coparticipación correspondiente a cada distrito.
“Apoyamos al nuevo gobierno. Le vamos a garantizar la gobernabilidad, si no enfrente tienen el resto de los gobernadores que son peronistas”.
Fueron diez los gobernadores de Juntos por el Cambio que prometieron colaborar con el gobierno de Javier Milei. Desde el PRO: Rogelio Frigerio, Ignacio Torres y Jorge Macri. Desde la UCR: Gustavo Valdés, Carlos Sadir, Maximiliano Pullaro, Leandro Zdero, Marcelo Orrego y Claudio Poggi.
Es importante en este aspecto la capacidad del presidente electo para generar consensos sobre las medidas políticas que propongan los dirigentes provinciales y lograr una garantía de gobernabilidad para ambas partes.
Los apoyos dentro del Congreso
La Libertad Avanza cuenta con 38 diputados y 7 senadores, lo cual posiciona Milei lejos de obtener el quórum propio en el Congreso y lo limita a trabajar en conjunto con otras fuerzas políticas a la hora de tratar proyectos de ley. Especialmente si se esperan llevar a cabo las diferentes reformas estructurales propuestas durante la campaña electoral.
El acuerdo entre el libertario, Macri y Bullrich establecido previo al ballotage implica el apoyo legislativo de 40 representantes en la Cámara de Diputados, pero aún es un número bajo para lograr el quórum. Luego de las elecciones, Cristian Ritondo, jefe de la bancada de PRO, planteó la posibilidad en un futuro cercano de funcionar como interbloque en conjunto con La Libertad Avanza, y si bien aclaró que “no votarían los proyectos libertarios a libro cerrado”, este gesto significa un apoyo político importante en el Congreso.
En cuanto al Senado, para sumar fuerzas a los 7 escaños libertarios el presidente electo deberá realizar un arduo trabajo de negociación con los senadores de Juntos por el Cambio y también, con los representantes de bloques provinciales.
La presencia amarilla en los ministerios
Uno de los grandes interrogantes durante la campaña electoral hacia Javier Milei hacía referencia a quién sería su Ministro de Economía, dado que gran parte de las propuestas de su espacio deberían ejecutarse desde esta área.
La decisión de Milei sobre la persona para este puesto ha sido el ex Ministro de Finanzas y ex Presidente del Banco Central durante el gobierno de Macri, Luis Caputo. Esto plantea, por un lado, una firme elección por parte del presidente electo y por otro, una gran influencia del PRO en las medidas de gobierno relacionadas al ámbito económico. A Caputo se lo considera en el mercado financiero como “un profundo conocedor del mundo internacional de las finanzas” y es una garantía la capacidad de refrescar vínculos con el exterior a partir de su persona.
También, esta semana se hizo de público conocimiento la confirmación de que Patricia Bullrich será Ministra de Seguridad en el gobierno de Milei. Además de ser la Presidente del PRO, Bullrich cuenta con gran experiencia en materia de seguridad nacional, ocupó el mismo espacio durante la gestión de Mauricio Macri y se destaca principalmente por su compromiso en operativos de desmantelamiento de redes de narcotráfico a lo largo del territorio argentino.
“Si viene alguien y te dice querés estar ahí, yo digo que no, no quiero estar en un lugar donde ya estuve. Ahora, si viene alguien y dice no tenés otra alternativa de cómo solucionar este problema y la única persona en Argentina que lo puede solucionar sos vos, te pone en una situación compleja”
Diferentes maneras de afrontar los desafíos del Pro en el futuro
Como se mencionó anteriormente, existen sectores de Juntos por el Cambio en general y el PRO en particular que han volcado esfuerzos en apoyar políticamente al presidente electo para garantizar la gobernabilidad de la nueva gestión. Sin embargo, esto no ha sido un movimiento unánime de los miembros de la coalición y el partido. Existen también, sectores que han decidido permanecer ajenos al gobierno incipiente, conformando una oposición que en el futuro se desempeñe desde el respeto de los mecanismos democráticos, un caso lo constituye el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta:
“Voy a seguir trabajando para que haya una oposición constructiva, no destructiva, porque yo no creo en los extremos. Los extremos no son buenos para el país. Esto lo dije durante toda la campaña y lo sostengo ahora. Pero admito que hay mucha gente que prefiere otra cosa y hay que aceptarlo”
Ante esta reconfiguración del sistema político argentino se innovan los interrogantes sobre el rol que llevaran a cabo los diferentes partidos políticos y sus dirigentes. Durante unos años, la manera de lograr un triunfo significativo en las elecciones estaba determinada por la formación de coaliciones. Sin embargo, observando los diferentes mecanismos que operan en el contexto actual, puede que esta manera de acceder al poder haya quedado obsoleta.
Quizás frente a estos desafíos termine por desintegrarse completamente Juntos por el Cambio, tal vez el PRO comience a fortalecer su identidad y tenga intenciones de distanciarse de las demás fuerzas de la alianza. Los cambios dependerán, también, del papel que cumpla La Libertad Avanza y sus relaciones para con el resto de las agrupaciones del sistema político-partidario.