Doble moral

¿Mozambique o Suiza? Depende quién gobierne

Doble moral
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Algunos de los momentos más simbólicos en los que la casta altera las percepciones de la realidad del país.

Hablamos de doble vara para referirnos a los diferentes parámetros con los que se mide, en este caso, cada gestión de gobierno. El kirchnerismo se construye desde el Estado y su fin último es el poder. Por lo tanto, cuando democráticamente triunfa un candidato de otro color político, el PJ utiliza todos los medios a su alcance para hacer tambalear al nuevo gobierno. Esto se plantea a continuación, con un análisis comparativo entre la calidad y cantidad de algunos de los cuestionamientos a la gestión de Alberto Fernández vs. la de Javier Milei.

1. El día que los privilegios se acabaron

Durante la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, la inflación acumulada superó el 1,000% y la sociedad sufría una realidad innegable: la tasa de pobreza alcanzó un preocupante 44.7% en el segundo semestre de 2023. Mientras tanto, el expresidente se jactaba de reducir la inflación. Le atribuía causas externas, como la crisis sanitaria del COVID-19, la guerra Rusia-Ucrania o factores psicológicos. La negación de la realidad social por parte del gobierno de Alberto Fernández y la inexistencia de un plan económico provocaron una crisis sin precedentes. La inflación descontrolada, la falta de políticas efectivas, el enriquecimiento ilícito y la incapacidad para abordar la pobreza han dejado al país en una situación precaria.

En contraposición, Luis Caputo, a los pocos días de su asunción como ministro de Economía, reveló el plan de Javier Milei para hacer frente a la crisis económica y financiera que enfrenta Argentina debido a la recesiva herencia de gobiernos anteriores. Estas medidas de shock, de tipo fiscal, monetario y cambiario, apuntan a una transformación radical en la gestión económica del país. Entonces, el recorte del gasto público y el “ajuste a la casta” son la prioridad para el gobierno de Milei. Se lleva a cabo una reestructuración de la administración pública, con el objetivo de reducir el déficit fiscal y equilibrar las cuentas del Estado.

Sin embargo, los exfuncionarios se dedican cotidianamente a renovar sus críticas hacia la gestión actual. A pesar del desastre inflacionario que dejó su gobierno y la inexistencia de un plan económico, cuestionan el rumbo elegido por Javier Milei. Diferentes auditorías realizadas en la administración pública demuestran malversación de fondos y numerosos casos de corrupción. Pero esto no detiene a Axel Kicillof, Alberto Fernández y Cristina Kirchner de expresar su repudio hacia cada medida de recorte a los privilegios de los políticos. El negar la realidad, la carencia de autocrítica y la aplicación de la doble vara es una estrategia repetida en las filas kirchneristas.

2. El bolsillo de los “gerentes de la pobreza”

A los kirchneristas les divierte hablar de la empatía y emitir discursos romantizando la indigencia. Sin embargo, cuando casi la mitad de la población se encuentra bajo el nivel de pobreza, el mensaje se vuelve cínico y aparece la doble vara moral. Con la llegada de la gestión libertaria, salieron a la luz datos desalentadores sobre la calidad de la asistencia social. El Ministerio de Capital Humano publicó un relevamiento de comedores comunitarios: de los 44.314 registrados, un preocupante 55% no existen. Se reveló una serie de prácticas opacas en la distribución de alimentos, donde solo una minoría de comedores recibía asistencia estatal de manera efectiva.

En respuesta a esto, el gobierno de Milei anunció cambios significativos en la forma en que se distribuyen los recursos. Lo principal sería eliminar a los intermediarios que funcionan como “gerentes de la pobreza”. Se apunta a poner fin a prácticas de despilfarro y clientelismo político, priorizando el uso eficiente de los fondos públicos. Por supuesto, estas medidas generaron tensiones con los dirigentes sociales, quienes convocaron protestas contra la gestión de Pettovello. Mientras tanto, la incertidumbre persiste entre millones de personas vulnerables que dependen de esta asistencia, a quienes la gestión anterior utilizó con fines políticos.

La gestión de Alberto Fernández entregó el mandato sin haber enfrentado ningún paro general de la CGT, a pesar de la desastrosa situación económica y social que dejó. Por su parte, Milei, luego de apenas 43 días en el poder, debió enfrentar el primer paro por reclamos a sus medidas de gobierno. Esto demuestra, también, la doble vara de la militancia kirchnerista, que actúa por medio de las organizaciones sociales. Mientras antes los Moyano de la vida se llenaban los bolsillos con dinero del pueblo, hoy el gobierno decide otorgar la ayuda estatal directamente a los sectores vulnerables.

3. La ofensiva de los amigos de Xi Jinping

En Neuquén, un enigma rodea la presencia de una base satelital construida por China con autorización de Cristina Kirchner. Los detalles sobre sus actividades han sido escasos y envueltos en secreto. Las restricciones de acceso han alimentado la atmósfera de misterio. La política exterior de Alberto Fernández promovió las relaciones bilaterales cada vez más estrechas entre Argentina y China. Pero una cosa es la diplomacia y otra muy distinta es ceder 200 hectáreas del territorio nacional por 50 años y después, mantener los asuntos en discreción.

Recientemente, la Jefa de Comando Sur visitó el país y el presidente Milei confirmó que se realizará una inspección en la base espacial china. Se trata de un procedimiento legal y necesario para aclarar los asuntos. No obstante, el expresidente Fernández, con su doble vara, consideró estas decisiones del gobierno actual como una provocación de “servilismo humillante”. Desde el inicio, Milei mantiene un cálido vínculo con representantes del republicanismo norteamericano, como Donald Trump. Incluso el embajador expresó el firme apoyo de Washington a las medidas económicas implementadas por el gobierno libertario.

A simple vista, parece una contradicción meramente ideológica entre los mandatarios. Sin embargo, el trasfondo es la misma hipocresía con la que el kirchnerismo critica las acciones del presidente. Según su interpretación, que Milei proponga insertar a la Argentina en el mundo representa una acción “antipatria” y de sumisión a un país extranjero. Pero, el secretismo de la base espacial china en el Sur, al parecer, no implica ninguna amenaza a la soberanía. Nuevamente, hablamos de doble vara para referirnos a los diferentes parámetros con los que se mide cada gestión.

4. Cuando conviene, es “inconstitucional”

El uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) ha sido una herramienta utilizada por presidentes de distintos signos políticos en diferentes momentos de la historia. Durante el gobierno de Néstor Kirchner se firmaron 270 DNU, los cuales no estuvieron sujetos a control parlamentario. Luego, la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se caracterizó por la firma de 76 DNU en ocho años, los cuales abarcaron desde modificaciones ministeriales hasta cuestiones económicas y sociales. En el caso de Alberto Fernández se firmaron un total de 178 DNU, con la excusa de la necesidad de medidas urgentes por la crisis sanitaria.

Para agregar, en cuanto al funcionamiento del Congreso, el año 2021 se realizaron solo 22 sesiones entre ambas Cámaras. Por esto, hubo dificultades para alcanzar consensos en medio del calendario electoral y las marcadas diferencias entre el oficialismo y la oposición. El gobierno de Fernández, culpando a la pandemia, aplazó el cronograma electoral y contribuyó a la baja actividad legislativa. Durante los meses de las elecciones legislativas, el Congreso no convirtió en ley ningún proyecto.

Por su parte, los gobiernos no peronistas aplicaron, hasta el momento, una menor cantidad de decretos, pero su repercusión política fue más polémica. Durante la gestión de Mauricio Macri se suscribieron 70 DNU, que abordaron diversas áreas de la gestión gubernamental, reflejando las prioridades de la administración del PRO. Hasta el momento, Javier Milei ha firmado 3 DNU, destacándose entre ellos, la Ley Bases.

El DNU 70/23 apunta a una desregulación de la economía y una reforma del funcionamiento del Estado, lo cual los legisladores de Unión por la Patria consideran “inconstitucional”. Además, buscan instalar el relato de que Milei imita a una dictadura en su accionar. Todas estas declaraciones carecen rotundamente de fundamentos. En primer lugar, los DNU están previstos por la Constitución Nacional en su artículo 99, inciso 3°. En segundo lugar, el presidente de LLA triunfó en las elecciones con el 56% de los votos y, todavía, su imagen cuenta con un alto nivel de aceptación positiva. Por lo tanto, los kirchneristas utilizan la estrategia de los “disfraces de ocasión”: hoy son los más republicanos, pero ayer obligaron a los legisladores a no sesionar.

5. La casta de fiesta, el pueblo aislado

“El gobierno de Alberto Fernández es el que más violaciones de derechos humanos cometió en democracia”, mencionó recientemente una diputada del PRO. Durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por la administración nacional durante la pandemia, se efectuaron abusos de autoridad e incluso hubo desapariciones en democracia. En relación a esto, Amnistía Internacional publicó un informe en el que registra denuncias de violaciones a los derechos humanos, detenciones en centros de aislamiento y represión contra manifestantes. Se identificaron más de 30 casos de violencia institucional en todo el país y 10.887 detenciones por parte de las fuerzas de seguridad federales.

En este contexto de padecimiento social y encierro obligatorio, se dio la conocida “Fiesta de Olivos”. El 14 de julio de 2020, en la quinta presidencial, la pareja de Alberto Fernández celebraba su cumpleaños con un grupo de invitados. El expresidente promovía medidas que atentaban contra las libertades y derechos básicos de los ciudadanos. Mientras miles de argentinos fallecían por el pésimo manejo de las vacunas, inoperancias con los respiradores, o el hambre por no poder trabajar, Alberto estaba de fiesta. Puede interpretarse como uno de los momentos más simbólicos de lo que Milei denomina “casta”.

Una de las cuestiones que el kirchnerismo critica más fervientemente es el Protocolo Antipiquetes que implementa el gobierno de Milei para desalentar protestas y cortes de tránsito por parte de las organizaciones sociales. La controversia surge con la postura de que esta medida representa una violación al derecho a huelga. Sin embargo, el gobierno aclaró que las personas pueden manifestarse, siempre y cuando lo hagan en la vereda, para no interrumpir el derecho a la libre circulación en la vía pública de los demás ciudadanos.

Actualmente, las susceptibilidades aumentan y los relatos luchan por fortalecerse. La oposición kirchnerista reiteradas veces, desde la asunción de Milei, acudió al concepto de “dictadura” para referirse al presidente. Cada medida económica es resistida con la etiqueta de “violación de derechos humanos”, “extremismo”. Incluso acuden a términos inexistentes como “homolesbotransodiante”. La calificación de cualquier opinión diferente a la doctrina peronista es considerada como “discurso de odio”. Estas posturas representan claros mecanismos de censura, y el trasfondo continúa siendo la doble vara para medir la realidad a su antojo y conveniencia.

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