El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra en una encrucijada cada vez más aislada, con un pequeño grupo de sus más antiguos asesores y ayudantes convencidos de que debe tomar la dolorosa pero inevitable decisión de abandonar su campaña para la reelección. En los últimos días, este grupo ha estado explorando estrategias para persuadir a Biden de que se retire de la contienda. Las discusiones reflejan una creciente preocupación dentro del círculo cercano del presidente.
El detonante de estas deliberaciones fue un debate desastroso en Atlanta hace dos semanas, que puso la candidatura de Biden en una crisis. El presidente ahora enfrenta presiones desde múltiples frentes: legisladores en el Capitolio vacilan entre un apoyo tibio y llamamientos directos para que abandone. Mientras tanto, algunos de los donantes más ricos del partido también han expresado su preocupación. A pesar de esto, Biden se mantiene firme en su convicción de que él es el único que puede vencer al expresidente Donald Trump.
Un discurso, dos confusiones
El jueves por la noche, Biden enfrentó una nueva prueba durante una conferencia de prensa tras la cumbre de la OTAN en Washington. Cometió un error al presentar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como «presidente Putin». Aunque corrigió rápidamente el desliz, esta grave confusión no pasó desapercibida. Más adelante, se refirió al «vicepresidente Trump» cuando quería mencionar a su propia vicepresidente, Kamala Harris. En este caso, fue un error que Trump no tardó en ridiculizar en redes sociales.
Biden hizo un esfuerzo por defender su gestión presidencial, sin embargo, su discurso fue lento y a veces divagó. Legisladores y asesores en el Congreso consideraron que su actuación no fue lo suficientemente sólida para evitar un aluvión de llamamientos masivos para que se retire, pero los errores prolongaron la ansiedad en el Capitolio.
Presiones de los demócratas
Un pequeño grupo de asesores de Biden, algunos de los cuales han expresado en privado que el presidente no debería seguir buscando un segundo mandato, están tratando de convencerlo de varias cosas. Por ejemplo, que no puede ganarle a Trump, que otro candidato como la vicepresidente Harris podría tener más éxito, y que un proceso ordenado para elegir a otro candidato evitaría el caos en el Partido Demócrata.
Mientras tanto, desde la Casa Blanca intentan negar rotundamente estos rumores. «Sin duda alguna, esto no es cierto», afirmó Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca. TJ Ducklo, vocero de la campaña, también desmintió las afirmaciones, insistiendo en que el equipo está firmemente detrás del presidente. Aun así, las preocupaciones persisten, especialmente entre algunos senadores demócratas que temen por el futuro electoral del partido. El resto de los países aguarda con atención el desenlace de las elecciones en los Estados Unidos y su repercusión en el mundo.