A pesar de tener diferentes intereses, hay un punto que unen a Claudio Tapia y Axel Kicillof: su confrontación con Javier Milei. El presidente jugó fuerte con Mauricio Macri para meterse en el mundo del fútbol. En su DNU incluyó la posibilidad de que los clubes, si así sus socios lo quisieran, convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas. O, como alternativa, permitir el ingreso de capitales privados.
Esto alertó e inquietó a Tapia. Desde noviembre pasado, cuando Milei venció a Sergio Massa en segunda vuelta, comenzó a mover las fichas de la Asociación del Fútbol Argentino, entidad que preside desde marzo de 2017. Por su parte, Kicillof, lleva adelante su segundo mandato al frente de la provincia de Buenos Aires. Pero con una diferencia: ya no cuenta con la billetera de Nación que Alberto Fernández y Cristina Kirchner, como el propio Massa, le brindaron para que haga y deshaga a su antojo. Sin plata, es más difícil hacer política.
Viamonte, afuera
Una idea de Tapia es mudar la histórica sede de la AFA en la calle Viamonte al predio de Ezeiza. Si bien el mensaje oficial es concentrar todo en el centro de entrenamiento, denominar a Ezeiza como «capital del fútbol» y construir un museo en la casa de Viamonte, el objetivo es estar bajo la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires que, de los últimos 41 años, en 37 fue gobernada por el peronismo. De esta manera, salen de la órbita de la Ciudad de Buenos Aires, en donde manda la Inspección General de Justicia.
Estatuto de AFA politizado y «feminista»
La reforma permite a Tapia concentrar más poder y politiza la conducción de la AFA. Incluye la incorporación de políticos al Comité Ejecutivo y una cláusula de género que exige al menos una mujer entre los 37 miembros del Comité.
¿Qué incluye la reforma? El reciente intento de reforma del estatuto de la AFA por parte de su presidente ha desencadenado una fuerte oposición del Gobierno argentino. La IGJ señaló que las modificaciones propuestas no solo politizan indebidamente la AFA. También contravienen las normativas que regulan tanto al fútbol como a las asociaciones civiles.
Además, la reforma propone la inclusión de tres representantes del Poder Ejecutivo Nacional, gobernadores o legisladores en el Comité Ejecutivo, con voz pero sin voto. Esta medida fue criticada por la IGJ como una politización indebida, contraria a las directrices de la FIFA que prohíben la interferencia política en las federaciones de fútbol.
Otro aspecto controvertido es la creación de un Consejo Directivo nombrado íntegramente por el presidente de la AFA. De esta forma, asumiría las mismas funciones que el Comité Ejecutivo. Esto, según los críticos, consolidaría un poder absoluto en manos de Tapia.
El artículo 35 del nuevo estatuto de la AFA ha generado controversia al establecer la incorporación de tres vocales en el Comité Ejecutivo que pueden ser el presidente o vicepresidente de la Nación, un gobernador, un senador o un diputado nacional. ¿Se imaginan a Axel Kicillof, Ricardo Quintela, Gildo Insfran o Leandro Santoro con un puesto en la AFA de Tapia? Claro está que no habría lugar para un Federico Sturzzenegger, el ministro que impulsa las SAD en el fútbol argentino.
Además, se ha incluido una insólita cláusula de género que exige que, de los 37 integrantes del Comité Ejecutivo, al menos uno sea una mujer. Esto ha sido interpretado por algunos como un gesto de «feminismo».
Por último, se aclaró que la elección de estos representantes se realizará mediante una lista completa que debe cumplir con las especificaciones requeridas. Esto implica que, en los 15 días otorgados por Tapia para la conformación de listas, los opositores deberán incluir tres titulares y un suplente que sean el presidente, vicepresidente, gobernadores, diputados o senadores.
El principal problema: las SAD
La disputa central gira en torno a la entrada de capitales internacionales en los clubes mediante la adhesión a las SAD. Este conflicto enfrenta al gobierno, que busca crear un mercado con gran potencial, y a Tapia, quien defiende el statu quo de las entidades civiles sin fines de lucro. Desde el verano pasado, la Inspección General de Justicia (IGJ) ha estado evaluando la polémica reforma del estatuto de la AFA, que aún no tiene un desenlace claro. Tapia, en una declaración anticipada de resistencia, destacó la importancia de mantener a los clubes como asociaciones civiles. Sin embargo, el decreto de necesidad y urgencia 70, firmado por Milei y publicado el 21 de diciembre, permite a los clubes convertirse en sociedades anónimas o aceptar capitales privados, limitando el poder del Chiqui al prohibir a la AFA expulsar o impedir la participación de estos clubes en competencias oficiales.
¿Habrá alianza entre Tapia y Kicillof?