Un dolor de cabeza para el Chiqui Tapia. En las últimas horas, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se encuentra en el ojo de la tormenta tras las declaraciones del titular de la Inspección General de Justicia (IGJ), Daniel Vitolo, quien anticipó que el Ministerio de Justicia podría intervenir al organismo rector del fútbol argentino. El motivo: la Asamblea convocada para mañana por la AFA, donde se buscaría votar la reelección de Tapia como presidente y renovar las autoridades del Comité Ejecutivo, fue suspendida por una resolución administrativa que la IGJ considera irregular e ineficaz.
El origen de este conflicto tiene su raíz a fines de septiembre, cuando el club Talleres de Córdoba, cuyo presidente Andrés Fassi mantiene un enfrentamiento abierto con Tapia, cuestionó ante la IGJ la legalidad de la convocatoria a esta Asamblea. El argumento central radica en que la elección de autoridades se anticipó casi un año, lo que podría afectar los intereses de Talleres y otros clubes, considerando que aún resta ejecutar el 25% del mandato actual. Además, la IGJ señaló otras irregularidades reglamentarias y modificaciones estatutarias impulsadas por la AFA.
Ante estas objeciones, la IGJ decidió suspender la Asamblea, pero la AFA, en una jugada estratégica, acudió a la Justicia para solicitar una medida cautelar que le permitiera seguir adelante con el encuentro. El juez Ricardo Pettis rechazó la cautelar, aunque dejó en claro que no veía fundamentos para impedir la reelección de Tapia. No obstante, la negativa judicial reforzó la postura de la IGJ, que se mantiene firme en su decisión de invalidar la convocatoria.
Qué dijo Vitolo que preocupa al Chiqui Tapia
Vitolo, en una entrevista con Marcelo Longobardi en radio Rivadavia, fue contundente: “Nosotros no podemos impedir que se junten en la sede de ellos, pero eso no será una Asamblea, será una reunión de amigos. Esto no va a ser aprobado y lo que se resuelva allí no va a ser inscripto ante la IGJ, no va a ser convalidado”. El funcionario también advirtió sobre posibles consecuencias legales: “Están violando la ley y el estatuto, y además asumen un riesgo: los integrantes del Consejo Directivo y los Asambleístas pueden incurrir en el delito de desobediencia, previsto en el artículo 239 del Código Penal”. En ese sentido, Vitolo subrayó que, ante un incumplimiento grave, el Ministerio de Justicia podría intervenir la AFA.
Este escenario de tensión institucional no es nuevo en el fútbol argentino, donde los conflictos entre los organismos gubernamentales y las entidades deportivas han sido frecuentes. En esta ocasión, el trasfondo parece ir más allá de la disputa entre clubes. La relación entre la AFA y el Poder Ejecutivo no es la mejor, y la cuestión de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un tema que el Gobierno impulsa y al que la AFA se opone férreamente, sigue siendo un factor de fricción.
Por su parte, la AFA, con sede en la calle Viamonte, no muestra signos de retroceder. A pesar del fallo en contra de la IGJ y la negativa de la Justicia para avalar la Asamblea, los dirigentes afirman que el encuentro de mañana se llevará a cabo en el predio de Ezeiza. Entre los temas a tratar, además de la reelección de Tapia, se discutirá la suspensión de los descensos y una modificación en los campeonatos argentinos, cuestiones que generan expectativas y polémicas dentro de la comunidad futbolística.
Una foto para calmar las aguas
La apelación al fallo de la IGJ aún no se ha concretado, pero si se presenta, de acuerdo al artículo 243 del Código Procesal, debería ser concedida con efecto suspensivo y no devolutivo, lo que significa que la decisión de la IGJ quedaría sin efecto mientras se resuelve el recurso.
La disputa jurídica y política entre la AFA y la IGJ podría tener consecuencias profundas en el futuro del fútbol argentino. De avanzar una intervención del Ministerio de Justicia, el organismo podría entrar en una crisis institucional sin precedentes, lo que pondría en duda la gobernabilidad de la principal institución del fútbol en el país.
Mañana, todos los ojos estarán puestos en Ezeiza, donde la AFA intentará celebrar una Asamblea que, para la IGJ, será poco más que una «reunión de amigos». Lo que está en juego no es solo la reelección del Chiqui Tapia, sino el futuro del fútbol argentino, en una pulseada que promete ser larga y repleta de incertidumbres.