El oficialismo sufrió un revés significativo al perder el control de la Comisión Bicameral de Control de los Organismos de Seguridad e Inteligencia. Se trata de una entidad clave en la auditoría de los gastos reservados del sistema de inteligencia. Se designó al senador radical Martín Lousteau como presidente de la comisión con el apoyo del kirchnerismo. Esta decisión es particularmente relevante, ya que los fondos reservados para inteligencia aumentaron casi un 800% desde la asunción de Javier Milei como presidente.
El contexto previo a la designación
El ascenso de Lousteau a la presidencia de la comisión fue en parte consecuencia de la falta de unidad dentro del oficialismo. Hubo una disputa al respecto entre Santiago Caputo y Patricia Bullrich. Mientras el asesor apoyaba al senador peronista Edgardo Kueider, la ministra promovía al senador del Pro Martín Goerling. La falta de acuerdo entre ambas facciones permitió que el kirchnerismo capitalizara la situación y respaldara a Lousteau, quien finalmente obtuvo el cargo con el apoyo de los diputados y senadores de UxP.
El Pro, que confiaba en retener el control de la comisión, expresó su frustración ante la pérdida del puesto. Si no hubiera sido por la intervención de la Casa Rosada, Goerling habría sido designado presidente, tal como se había acordado en diciembre. Durante la reunión de la comisión, tanto Goerling como la diputada Silvia Lospennato criticaron duramente el aumento en los gastos reservados para la Secretaría de Inteligencia. Lo consideraban una medida excesiva y mal gestionada.
Otra vez, Lousteau del lado K
El kirchnerismo no solo apoyó a Lousteau, sino que también se aseguró la vicepresidencia primera, con Leopoldo Moreau, y la secretaría de la comisión, en manos de Oscar Parrilli. La oposición espera completar su ofensiva en la sesión especial convocada en la Cámara de Diputados. Se debatirá el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que autorizó un aumento de $100.000 millones en los fondos reservados para inteligencia. Lousteau, al finalizar la reunión a puertas cerradas de la comisión, adelantó que una de sus prioridades será auditar esos fondos y llamó a los diputados radicales a rechazar el controvertido DNU.
La jugada entre el kirchnerismo y la UCR para designar a Lousteau en este cargo estratégico puede interpretarse como un intento de limitar el poder del gobierno. Particularmente, se señala a Santiago Caputo como el principal artífice de la reestructuración del sistema de inteligencia. Su decisión de aumentar los fondos reservados mediante un DNU ha generado sospechas en la oposición.
Lousteau justificó su alianza con el kirchnerismo en nombre del control al Poder Ejecutivo, insistiendo en que la comisión no debe ser un instrumento del oficialismo. Destacó la importancia de auditar los servicios de inteligencia. Según él, han sido utilizados para perseguir a periodistas y opositores. «Controlar esos fondos es parte constitutiva del ADN radical», afirmó, subrayando que un adecuado control de estos organismos es esencial para la salud de la democracia. La prioridad de auditar los fondos reservados podría abrir nuevas controversias y tensiones entre el gobierno y la oposición.