La política argentina está experimentando un cambio significativo. El eje de discusión ya no se limita al tradicional enfrentamiento entre kirchnerismo y antikirchnerismo. En su lugar, emerge una nueva polarización: Milei o anti Milei. El líder libertario ha alterado el panorama político. Principalmente, con su plan económico, su postura en la batalla cultural y su estilo vehemente al expresar las ideas del liberalismo.
La lógica amigo-enemigo
El peronismo, consciente de esta transformación, busca capitalizarla. Considera que las medidas económicas propuestas por Milei, junto con la reapertura de debates aparentemente zanjados, provoca la polarización de la escena política en dos. La lógica actual es simple: estás a favor o en contra de Milei.
En el Congreso, la oposición trabaja para limitar la acción del gobierno libertario. Un ejemplo claro es la movilidad jubilatoria, que obtuvo media sanción con el apoyo de 160 diputados. El Presidente ha advertido que vetará la ley si se aprueba en el Senado, argumentando la necesidad de mantener el déficit cero frente a lo que él llama “degenerados del gasto público”.
El presupuesto universitario también se ha convertido en un punto de encuentro para la oposición. Tanto el radicalismo como el peronismo se han manifestado por la educación pública y exigieron un aumento de presupuesto para el sistema universitario. A pesar de que Milei cumplió con esta demanda, la oposición continuó con sus críticas, lo que denota un trasfondo político enmascarado con las “causas sociales”.
El tire y afloje legislativo
Los bloques legislativos opositores advierten que, una vez aprobada la Ley Bases, “no habrá tantas concesiones al gobierno”. Después de una extensa negociación con la Casa Rosada, los dialoguistas buscan revalorizar su posición en el Congreso y cobrar facturas pendientes por “agresiones y descalificaciones” que percibieron por parte de Milei.
En La Cámpora, se insiste en la necesidad de unidad de acción para frenar lo que consideran, irónicamente, “locuras” del presidente no kirchnerista. El escándalo de la denuncia por los alimentos se presenta como el principal argumento actual para enfrentar las políticas libertarias. El peronismo y un sector de la UCR se posicionan como la oposición más crítica hacia Milei y buscan construir un escenario polarizado de cara a las elecciones de 2025.
Impacto de múltiples factores
Este escenario de polarización en torno a la figura de MIlei plantea desafíos partidarios para la definición de candidatos. Surgen dudas sobre la postura que tomarán algunos dirigentes que aún no se han expresado definidamente sobre su relación con el gobierno nacional. Además, es un hecho que Juntos por el Cambio se disolvió y, si bien el PRO mantiene disputas internas por el liderazgo, es incuestionable su apoyo a las medidas de Milei en todos los frentes.
El contexto electoral se verá influido por la posición que adopten los gobernadores, con quienes el presidente continúa negociando y haciendo lo posible por lograr consensos. Además, gracias a las redes sociales, la opinión pública se difunde masivamente. Por lo tanto, otro factor que impacta en la movilización partidaria es el manejo estratégico que hace el oficialismo de los medios y su incentivo a la militancia digital.
Por último, todo esto debe considerarse en un escenario de hartazgo generalizado de la población con la política tradicional. Si bien se observó cierta decepción antes de las últimas elecciones, esto no se convirtió en apatía, sino que aumentó el grado de politización. Desde entonces, puede medirse, por un lado, un componente esperanzador, y por otro, un sentimiento de bronca en la manera en la que la ciudadanía expresa su percepción sobre la escena política. Esto será determinante para los partidos a la hora de captar las demandas sociales en sus fórmulas electorales.