El presidente Javier Milei enfrenta un delicado equilibrio entre las exigencias de su asesor en desregulación, Federico Sturzenegger, y su ministro de Economía, Luis Caputo. Estos dos funcionarios arrastran un historial de disputas y han comenzado a marcar diferencias. Mientras el ministro se preocupa por el déficit fiscal, el nuevo funcionario requiere herramientas presupuestarias. Sin embargo, esto se mantiene siempre de manera discreta, desde el inicio del esperado segundo semestre.
Prioridades del gobierno
El capítulo más reciente de esta saga de discusiones fue la suspensión de la reunión entre el Presidente y Sturzenegger, prevista para definir los alcances del Ministerio de Modernización. Aunque el encuentro había sido confirmado por el área de Comunicación, finalmente fue postergado hasta nuevo aviso. Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentaba mantenerse al margen de estos cortocircuitos. Aunque oficialmente se argumentó que fue una cuestión de agenda, en realidad subyace la intransigencia de Sturzenegger al pedir mayor influencia.
La prioridad de Milei es proteger al titular del área que más le importa y que defiende las metas fiscales con igual o mayor fervor que el propio presidente. Caputo, consciente de esto, destacó en su cuenta de X las cifras de superávit financiero en el sector público, reafirmando la importancia de mantener el ancla fiscal y la desinflación.
En el ámbito económico, se infla el pecho. Además de resaltar sus propios logros, afirman sentirse respaldados por el jefe de Estado. Sin embargo, en las últimas horas, surgieron comentarios sobre una posible salida del ministro de Hacienda. Estas declaraciones se suman a las afirmaciones del asesor de Milei, Fausto Spotorno, quien considera su gestión y medidas como “transitorias”.
La encrucijada del presidente
Frente al conflicto con Sturzenegger, la prioridad del presidente es proteger al titular del área que más le importa: quiere resguardar a Caputo. Sin embargo, también mantener entusiasmado al diseñador del DNU 70, en quien confía para ejecutar el proceso de desregulación y optimización del Estado. La predisposición de Milei a recibirlo en persona muestra su aprecio por Sturzenegger, aunque generalmente delega decisiones en sus colaboradores.